ADRIANA MARÍA CORRALES HERNÁNDEZ

A lgunas veces cuando me desplazaba por tus predios,

D aba gracias al cielo por tener la oportunidad de verte;

R epasaba una y otra vez el sinnúmero indeterminado de

I mágenes en mi mente, teniendo para mí, la seguridad de

A lgún día poder entablar una comunicación fluida y

N utrida, pues siempre he pensado que un gran ser en

A driana habita, lo que hay es identificarlo y por

M ás que quiera seguir escondido, hay que darle

A lguna vez, la oportunidad para expresarse libremente,

R eír a carcajadas y escucharle, porque muchas

I niciativas tienen su morada en este inmejorable ser.

A ctuando diariamente dentro de los libretos establecidos,

C onservas la calma en todo momento y a pesar de poder

O rganizar tus jornadas diariamente, tratas de siempre

R epresentar a un personaje ajeno de todo sentimiento.

R ecuerda que nuestro ser necesita, un halago como también

A lgunas frases alentadoras y que nos hagan los días

L igeros, placidos y llenos de grandes, nuevas y lindas

E xpectativas que al juntarlas nos proporcionan un

S innúmero de momentos de alegría, placer y felicidad.

H asta y desde siempre debo recordarte que son los únicos

E lementos que la vida nos permite llevar con nosotros y así

R ecordarnos que vinimos a este plano a ser felices, más

N unca a desperdiciar nuestros valores en situaciones que

A dversamente nos alejan de estas prioridades, por ello

N o se vale castigarnos y reprimirnos sin razón o con ella.

D ios siempre estará de nuestro lado y se regocija cuando

E scogemos ser felices todo el tiempo, anexando en la

Z ona de confort, mucho placer e infinita alegría.