A brazabas para saludar a familia y amigos,
N unca faltó una expresión amorosa que sus ojos
A zules como el cielo, no
avalaran siempre.
J osé Dolores fue el amor de
su vida y de él
O btuvo siempre una respuesta original y clara, que
S embró en sus hijos como señal de haber
E ncontrado su alma gemela
en este planeta
F alto de amor, pero que en
su interior brotaba
A raudales y contagiaba a los que te rodeaban.
I maginabas una familia
inmensa, llena de
B ondad y ello lograste con creces y si le
A gregamos generosidad a la fórmula, nos
R emontaremos al tiempo en donde siempre la
R esponsabilidad y el respeto eran su gran
A rma para contrarrestar, el odio y la miseria.
L os mejores momentos los pasaste junto al
I nfinito amor que te
profesaron tus hijos sin
N ingún reparo; otros, junto a las flores que
D iariamente cuidabas y mimabas, para que de
A lguna manera se
mantuvieran frescas y
R ozagantes, como lo estas en tu morada eterna
T otalmente rodeada de los que tanto amaste,
E se era el objetivo y lo has logrado.