D oce fueron tus hijos, a quienes adoraste,
O tros como amigos y vecinos también
L ograron conocer el bello ser humano que
L a vida nos regaló para que amaramos
Y conociéramos el verdadero amor de madre.
C uando te proponías una
meta, casi siempre la
A lcanzabas, sin importar cuantos se habían
R endido antes, con tu tesón y empeño esa
M adre que había en ti, sobresalía y muy
O rgullosa celebraba con bailes que
N unca faltaron en su
entorno porque, además
A doraba la música
parrandera a morir.
S obra decir que se destacó como trabajadora
A comedida y preocupada por
los demás,
N unca de su casa, nadie
salió sin
C omer hasta quedar
satisfecho, por ello y más,
H acemos este homenaje a esta madre ejemplar,
E stricta, cuando necesitaba serlo y muy
Z arina cuando la ocasión lo
ameritaba.