I niciabas los días con alegría extrema y contagiante,
S olías
encontrar un apunte, un gracejo y su
B enevolencia
no tenía límites, siempre su ánimo
E staba
arriba, contagiando a los demás con su alegría,
L os
momentos difíciles los superabas con creces para otros
I nalcanzables, porque su personalidad arrolladora,
A sí lo
ameritaba y esa fue su constante durante su vida.
R ecordarle
no es sencillo pero muy gratificante, pues
A dmitimos
que compartes lugares de privilegio con los
M ás
allegados en la eternidad del espíritu y desde allí
O rganizas
nuestro arribo a esa dimensión infinita, en donde
N ada falta
y todo es complicidad total con nosotros mismos.
F uiste en
este plano, lo que llamaríamos una verdadera matrona,
E speramos todos, cuando nos toque reencontrarnos, poder
R ecordar
los momentos vividos sin la restricción de
N uestra
materia densa, que nos limita enormemente para
A lcanzar
el nivel del que gozas eternamente; ahora
N osotros
nos privamos de su jocosidad, pero nos alienta
D e
sobremanera, saber que nuestros amigos y familiares, siempre
E stán contigo, cada vez son más los que comparten la
Z ona de
confort desde donde nos esperará para seguir alegrándonos.