L as circunstancias fueron las mismas
U nas favorables, otras no tanto, pero como unos
Z arcillos siempre adjuntos a nuestra vida.
M anejaste todas las situaciones a tu manera,
A barcaste lo que podías manejar y nunca te
R ecargaste con lo que no podías, por ello,
I niciaste
recorridos manejables, sencillos,
N ada de otro mundo, pero muy profesional y
A segurando que sus métodos eran benéficos.
J unto a tus hijas recorriste una vida sin
I mportar las dificultades; las apoyaste como
M adre presentando ante la sociedad dos seres
E xcelentes personas, buenas profesionales por ello
N unca nadie puede no podrá difamar de
E llas en manera alguna; al contrario, como un
Z afiro presentan variedades de tonos y formas,
G enerados
por el momento vivido pues de
O tra manera, no sería posible; soportaste con
M ás que
valentía, tus dolores físicos finales y
E speraste con paciencia y rotundo amor el
Z arpar de vuelta a casa en donde nada te duele.